Ejercicio y el rol en tu cabeza: es mucho más importante de lo que crees.
Cuando se trata de detectar el peligro y reaccionar frente a él, el cerebro (de los vertebrados) no ha cambiado mucho. En ciertos aspectos, somos lagartijas emocionales.
Hay muchas veces que por tantas cosas que tenemos que hacer en el día, como lo son las responsabilidades, pendientes o simplemente estar al tanto de nuestros seres queridos, es muy dificil reaccionar a nuestros propios problemas… hasta que a veces es demasiado tarde. Nuestro cerebro es como una bola de nieve; es una bolita pequeña que tiene esa fuerza para bajar una montaña, para hacerse mucho más fuerte. Justo así funcionamos nosotros.
En este caso, nuestra cabeza representa esa grande y preciosa montaña blanca y con una vista preciosa. Pero, cuando tenemos un problema que nos aturde la cabeza, aparece una bolita de nieve que si no se deshace pronto, rodará tanto que se convertirá en una avalancha gigantezca.
Es necesario tener las herramientas que si el problema se llega a aparecer, quitarlas sin problema, pero.. ¿Cómo lo podemos hacer? Muy fácil, para liberar presión a veces es necesario meterle tantita presión igual, así que el ejercicio es la presión perfecta para combatir ese pequeño estrés que si no lo cuidamos, se convierte en esa bola enorme de nieve
Un poco de ejercicio al día, te traerá grandes beneficios. Aquí te contamos algunos de ellos:
- ¡Más autonomía!: Mantenerte en forma te permitirá tener la fuerza y vitalidad necesarias para hacer las cosas por ti mismo. No depender de otras personas para cumplir con tus necesidades hará que te sientas mejor emocionalmente y con el entorno.
- ¡Relacionamiento!: Relacionarte con otras personas que disfruten lo mismo que tú es importantísimo para tu salud mental y no hay nada mejor para crear estos espacios, que con un hobby o algún ejercicio.
El ejercicio te ayudará a estar en forma y sentirte más cómodo con los cambios físicos que se generan en esta etapa de la vida. No dejes que un mal pensamiento arruine tu día, mejor métele una ayudita a tu cuerpo para generar esas endorfinas que tanto nos ayudan a que esa bolita de nieve, se quede quieta y podamos seguir disfrutando del paisaje.