El corazón siempre va primero: pasos para tomar una decisión
Cuando éramos chiquitos, nos moríamos de ganas de ser niños grandes porque según nosotros “ya tendríamos la vida resuelta”, porque al ser grandes ya seríamos lo suficientemente maduros para poder ser felices y saber lo que queremos.
Hoy, después de muchas subidas, bajadas y años vividos, nos damos cuenta de que estamos muy fuera de la realidad de nuestro pequeño interior… y si, dolió cuando nos dimos cuenta, que entre más se crece menos sabes que estás haciendo con tu vida.
Vengo a decirte que, como tú, hoy hay millones de personas que cuando estamos a punto de dormir, por más que queramos apagar al cerebro, llegan millones de preguntas a nuestra mente sobre: ¿Qué estoy haciendo?, ¿Y si…?, ¿Estaré bien?, ¿Alguna vez esta incertidumbre se acabará? Y así nos la pasamos dando vueltas y vueltas, creando un círculo en el cual muchas veces se crea sin querer una tormenta en nuestra cabeza, sin poder ver la luz al final del túnel.
Está bien, ¡Felicidades! Estas preguntas que tanto nos hacemos día a día, significa que somos nosotros haciendo una sola cosa: crecer. Y crecer solo significa una cosa, y podría apostar que es la cosa más terrorífica que podemos hacer mientras crecemos, la toma de decisiones.
El crecimiento como parte de la vida en tu toma de decisiones
Es verdad que vamos adquiriendo responsabilidades y roles en nuestra vida que entre más grandes más importantes, y esos roles nos obligan a tomar decisiones que van forjando poco a poco estos caminos que se llaman vida, pero ¿Cómo saber que la decisión que estoy tomando es la correcta? Bueno, esa pregunta es muy fácil de responder: no lo sabes, solamente lo puedes sentir. Aunque, si existen algunos tips que te pueden funcionar para que esas voces en la cabeza puedan tener un momento de paz, y por ende, nosotros también:
- Toma la decisión por ti, no por los demás. Si, sé que parece que le debemos algo a alguien; pero en realidad el paso que das, el camino que tomas al final va a estar siempre contigo, no las personas que “necesitas complacer”.
- El corazón es el que dicta, pero el cerebro también tiene un rol importante en la decisión. Siempre, siempre, SIEMPRE, ten en cuenta lo que tú quieres y deseas, pero siempre cuestiónalo.
- No tengas miedo a fallar, que de eso siempre se aprende.
Al final, la vida se trata de caminar, caer, levantarse y tomar caminos. Sé que ahora parece que las decisiones que estamos tomando parecen de vida o muerte, y tal vez si lo sean, pero respira, esto es tuyo. Si eres honesto con tu corazón y con tu mente, ese camino al final siempre va a salir como a ti te gusta. Y ánimo, siempre sin prisa, pero con alma, que la vida se trata de gozarla no de apurarla… y esto es solo un tramo del proceso.